domingo, 3 de diciembre de 2017

Sí a las ventanas, me gustan las ventanas, no sin mis ventanas

El pabellón de Burgos se llenó para ver la victoria de España ante Eslovenia.
A una semana vista de los partidos de selecciones de clasificación para el Mundial 2019 conservo un grato recuerdo de ellos. Y debo decir que me han parecido un soplo de aire fresco para el baloncesto  nacional estas dos victorias de la selección española... y más aún con la vuelta a la competición de la ACB y la Euroliga (esta última no paró, las ventanas me gustarían más si cooperasen entre ellos FIBA y Euroliga), con poco protagonismo de los españoles, salvo el gigantesco Fernando San Emeterio, con su 42 de valoración frente al Andorra y Rodrigo San Miguel, que hizo un gran partido, tal vez por no poder estar en esta selección. Va de santos la cosa. 

Me han emocionado estos jugadores, me lo he pasado genial con este Equipo, con Quino Colom, Fran Vázquez, Sergi Vidal, Edgar Vicedo, Oriol Paulí, Sebas Saiz, Albert Oliver, Xavi Rabaseda, Jaime Fernández... Me gustó verlos dándolo todo, como al propio Sergio Scariolo, aplicando unas ideas de juego de equipo, presión defensiva y movimientos continuos de los jugadores sin balón, que en otras ocasiones no se pueden llevar a cabo cuando el perfil de los protagonistas es distinto o más veterano.

Fran Vázquez y Sergi Vidal han disfrutado como novatos.

Equipo.

Y menos mal que al final Mediaset rectificó y emitió los partidos (aunque en la minoritaria Bemad) después de menospreciar a estos jugadores en un comunicado-retrato en el que dijo que no eran los principales. Ya lo dijo Scariolo: 

"No tenemos a 16 marcianos que llegan de otro planeta y les ponemos la camiseta de España. Tenemos gente que ha defendido la camiseta de España en categorías inferiores y también en la absoluta. No será complicado refrescar los conceptos y se tratará de hacerlo en equipo porque tenemos poco tiempo"

Y efectivamente. Ellos fueron a lo suyo y demostraron que sí que son principales. Y es que tenemos 40 principales y aún más. Falta que se confíe en ellos, (no puede ser que solo uno, Alex Mumbrú, figure entre los primeros en las  estadísticas en la ACB) y no se fiche a tanto mercenario venido de fuera (hay excepciones, claro) con el único beneficio de las agencias de representantes, y con los que la identificación es menor (también con casos de integración plena, pero pocos). La cifra lo dice todo, solo hay un 29% de nacidos en España entre los jugadores de la ACB en 2017.

No se puede contar mejor que Pedro Ramírez que en su columna del Diario Sur titulada "Dichoso canal" escribe: 

"Pero de lo aún podemos estar más seguros, visto lo visto, es de la importancia que adquiere la labor de formación que se viene haciendo en el baloncesto español desde hace ya tanto tiempo, la importancia de preservar la liga ACB de los acosos de la Euroliga para engrandecerse a su costa, el gran valor que tienen aquellos clubes que, apoyados en su cantera, en mayor o menor medida, apuestan claramente por el jugador español, la mayor garantía de futuro de nuestro deporte, lo que no se debe permitir poner en riesgo jamás por fichar y fichar demasiadas veces a jugadores más hechos y que no son mejores, pero que por venir de fuera engordan el negocio e inspiran más confianza a directivos o entrenadores timoratos e incapaces de asumir riesgos que si merecen la pena".

Sergi Vidal después de anotar uno de los triples que clavó.

Quino Colom está en uno de sus mejores momentos, lo demostró en Montenegro y contra Eslovenia.


Albert Oliver, en el centro, debutante con 39 años.

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